lunes

Soñarte es casi como vivir ahí.

Ah, Lanús, barrio pobre y lindo, sucio, descuidado, lleno de olores y gente. Lanús, mi hogar, el lugar donde viví mis años más lindos, más amigables. El lugar de mi gente, de mis recuerdos, de mi infancia, de mi club de futbol. Las avenidas, el Plaza Vea que quebró, la vía que tanto miedo me daba, Jessi, Lu, Claudito, Carla, Cesar, Aye, Karen, Mamberti 706, la esquina más linda del mundo, la 25 de mayo, el paso bajo nivel en el que te tocan el culo o te afanan, el 100 que te lleva al alto avellaneda, lo de Carlitos, el video club de la esquina (¿Acá venden Cindor?) La Veneciana con un helado que parecía fideos. La abuela fumando a escondidas, la Navidad con los fuegos artificiales, los papelitos que entregábamos en la calle y si los tiraban los íbamos a buscar, los conchetos del Oeste. La plaza a donde iba en rollers, los pirulines, los Conogol, la calle que se inundaba y yo tirando barquitos de papel, el kiosco al que no fui más porque el hijo mataba pajaritos, el Señor de los Gatitos, Juan el zapatero, el Jardín con Marta que tocaba el piano y Ale que me retaba por llevar nueces, la señorita Lidia, todavía la odio por no dejarme llevar un almohadón, La Asunción, Guido (mi primer amor), el Esportivo Alsina, mi primera vergüenza, las gorditas del almacén, la venta de pulseritas (un fracaso), la tortuga, la coneja que resulto ser macho, los hámster que asesiné, en fin, todo, cuando esta lindo, cuando llueve, cuando graniza, en todos sus estados Lanús encanta, por lo pintoresco, lo groncho, lo divertido…Extraño ser chiquita y no conocer más que el lugar de mis sueños.

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